Una propiedad es
una condición, una característica, un estado o una facultad de algo. El
concepto tiene una gran variedad de acepciones de acuerdo al contexto. La química, por su parte, es la ciencia orientada al
análisis de la composición, la estructura y la transformación de la materia.
La noción de propiedad química, de
este modo, se refiere a aquellas particularidades que llevan a una
determinada materia a modificar su composición. De este modo, las
propiedades químicas hacen que una materia reaccione en
ciertas condiciones o frente a determinados reactivos.
A diferencia de las propiedades físicas, vinculadas a características mensurables que pueden conocerse
en la propia materia (sin necesidad de que ésta reaccione ante algo externo),
las propiedades químicas siempre se constatan en relación a una condición o un
reactivo.
Lo habitual es que los elementos químicos
sean sometidos a reacciones con agua, oxígeno o hidrógeno para determinar
qué efectos producen estos vínculos, siempre relacionándolos con las
condiciones vigentes (la temperatura, la presión, etc.).
La oxidación, por ejemplo, es una
reacción química que se produce cuando un elemento suma oxígeno. El hierro es
un metal que,
por esta propiedad química, se oxida con gran rapidez al estar al aire libre.
La formación de hidróxidos,
la combustión y la descomposición son otras reacciones que
pueden llevarse a cabo de acuerdo a las propiedades químicas de los elementos. A partir de estas propiedades, es posible
emplear los elementos de distintas maneras para obtener resultados que sean
útiles (a nivel industrial, por citar una posibilidad).
Propiedades de los elementos y compuestos químicos
Número atómico
La cantidad de protones que se encuentran en la corteza de un
átomo se denomina número atómico y representa un concepto de gran
importancia para la mecánica cuántica y la química. Una de las aplicaciones más
evidentes para los estudiantes es que permite ordenar los diferentes elementos
en la tabla periódica, de manera que el de la esquina superior izquierda
(el hidrógeno) tiene el menor número atómico, mientras que el de la esquina
inferior derecha (el ununoctio), el mayor.
Masa atómica
El número de partículas que se encuentran
en la corteza del átomo, lo cual incluye tanto los neutrones como los protones,
se conoce con el nombre de masa atómica. La unidad para expresar este
valor se denomina uma. Es importante mencionar que los isótopos de los
elementos pueden tener valores variados de masa, y que su masa atómica señala
el número de neutrones que hay en la corteza; se entiende por masa atómica
total al promedio ponderado de las de los isótopos.
Electronegatividad de Pauling
Se conoce como electronegatividad de
Pauling a la tendencia de los átomos a atraer la nube electrónica hacia
ellos mismos mientras se encuentran en medio de un enlace con otros átomos. El
método más utilizado para llevar a cabo el orden de los elementos químicos
según su electronegatividad es la escala de Pauling, desarrollada por el
bioquímico norteamericano Linus Carl Pauling en el año 1932. Cabe señalar que
esta propiedad química no se calcula basándose en medidas o fórmula matemáticas, sino que se trata de
un rango pragmático.
El flúor es el elemento al cual Pauling le
asignó el valor más alto de electronegatividad, 4,0, mientras que el
francio recibió el más bajo posible, 0,7.
Punto de fusión
La temperatura a
la que un compuesto o elemento químico encuentra un equilibrio entre su forma
líquida y su forma sólida se conoce con el nombre de punto de fusión. Por citar
un ejemplo común, el agua tiene un punto de fusión de 0 °C.
El punto de ebullición es la
temperatura en la cual un compuesto o elemento química alcanza el equilibrio de
sus formas gaseosa y líquida. El agua, por ejemplo, posee un punto de ebullición
de 100 °C.
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